Por Raul Díaz
Áreas Grises
Hoy en día, los empleados de GAP ganan a penas 60 centavos de dólar por hora, tan solo 5 centavos más que hace 6 años, mientras que en los EE.UU., un cajero de supermercado gana entre 8 y 12 dólares por hora. Teniendo en consideración que un área gris es aquella práctica legal que, pese a serlo, no es con claridad vista como “ética”; bajo este criterio, es factible afirmar que estamos en presencia de un área gris. Si bien los empleados de GAP se encuentran debidamente contratados, es decir, laboran bajo la firma de un contrato de trabajo, las condiciones de éste son deplorables. Es, en efecto, legal que los colaboradores de esta organización ganen 60 centavos por hora, no obstante, debido a las actividades que desempeñan y a que, naturalmente, GAP puede pagarles más por sus servicios, sin embargo, la compañía parece no inmutarse ante esta situación pese a que es bastante obvio el bajo nivel salarial. En el mundo empresariales, situaciones como ésta se viven a diario y es necesario discernir qué es lo correcto y recordar que los trabajadores son el principal motor de la empresa, por lo que no se les debe tratar mal.
En El Salvador, GAP puso en marcha el esfuerzo de supervisión independiente, por el cual los trabajadores se comprometen a no interrumpir con la producción a cambio de mejoras. Fueron pocas las compañías norteamericanas que siguieron su ejemplo. La reticencia se basa en los elevados costos: el mercado es muy competitivo y los consumidores toman sus decisiones, sobre todo, por los precios. Esta área gris describe como en el mundo empresarial, a pesar de que es legal prescindir de supervisiones, pues depende de cada empresa, sin embargo es necesario que los trabajadores tengan la tranquilidad y el ambiente idóneo para desempeñarse. En el caso, GAP sí se ha preocupado por este tema, no ocurriendo lo mismo con las empresas que han elegido hacerse de la vista gorda y abaratar los costos que la implementación de un sistema de supervisión generaría. No siendo necesaria su implementación, sería moral y éticamente correcto que todas las empresas imiten estas prácticas.
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